La inflamación de las glándulas anales en los perros (inflamación de las glándulas anales) suele deberse a un bloqueo o adherencia de las glándulas anales en el ano (bloqueo del saco anal, por ejemplo, debido a la diarrea en los perros). Normalmente, las glándulas anales de los perros secretan una secreción que se libera junto con las heces. Se utiliza para establecer marcadores de olor.
Sin embargo, si las glándulas anales están obstruidas o atascadas, esta secreción ya no puede ser expulsada. Se vuelve viscosa y solo se puede expulsar mediante un masaje cuidadoso. Las glándulas anales aumentan de tamaño y dificultan cada vez más la salida de heces y secreciones anales. Si las bacterias también penetran en los sacos anales, pueden provocar una inflamación de las glándulas anales.
Además, un funcionamiento excesivo de las glándulas anales (por ejemplo, hormonal) o alergias son posibles causas de inflamación de las glándulas anales. Las reacciones alérgicas que afectan a la piel y las mucosas también pueden afectar a las glándulas anales y provocar inflamación de las mismas.
En algunos casos, la falta de higiene es la causa de la obstrucción de las glándulas anales: por ejemplo, un pelaje descuidado, muy denso y pegado por las heces, sobre todo en perros de pelo largo, puede obstruir el paso intestinal y el drenaje de las secreciones anales. El veterinario también palpará minuciosamente el ano si las glándulas anales están inflamadas. Entre otras cosas, comprobará si hay algún tumor que obstruya la salida del intestino y que pueda haber provocado la inflamación de las glándulas anales.