脡rase una vez un viejo doberman llamado Duke. Duke no era el t铆pico Doberman, era un alma bondadosa y gentil que hab铆a vivido con la misma familia desde que ten铆a uso de raz贸n. La familia estaba formada por dos ni帽os peque帽os, un chico llamado Jack y una chica llamada Sarah.
Duke hab铆a crecido con los ni帽os, jugando con ellos en el patio y acurruc谩ndose con ellos en el sof谩. Les hab铆a visto pasar por todos sus altibajos y hab铆a sido una fuente constante de amor y consuelo para ellos.
A medida que los ni帽os crec铆an, se hicieron m谩s independientes y empezaron a pasar menos tiempo en casa. Duke empez贸 a sentirse solo y a preguntarse si hab铆a hecho algo mal. Pero un d铆a, la familia llev贸 a Duke a una excursi贸n especial al parque, donde los ni帽os sol铆an jugar con 茅l.
En el parque, los ni帽os sacaron una pelota y empezaron a jugar a atraparla con Duke. El viejo doberman empez贸 a mover la cola de emoci贸n, y pronto empez贸 a correr y saltar como cuando era un cachorro. Los ni帽os re铆an y animaban, y Duke volvi贸 a sentirse como un cachorro.
Despu茅s del parque, la familia se sent贸 a hacer un picnic, y Duke se tumb贸 a su lado, contento y feliz. Los ni帽os le acariciaban el pelaje y le dec铆an lo mucho que le quer铆an y lo agradecidos que estaban por tenerle en sus vidas. Duke se sent铆a el perro m谩s querido del mundo.
A partir de aquel d铆a, la familia se prometi贸 no olvidar nunca a Duke y dedicarle siempre tiempo, por muy ocupados que estuvieran. Y as铆, Duke vivi贸 el resto de sus d铆as rodeado de amor y recuerdos felices con la familia con la que hab铆a crecido.
Esta historia demuestra que el amor entre una mascota y su familia puede durar toda la vida y que, por muy vieja que se haga una mascota, siempre puede aportar alegr铆a y felicidad a quienes la rodean. La devoci贸n y el amor inquebrantables de Duke por los ni帽os con los que hab铆a crecido llegaron al coraz贸n de todos los que le conocieron y ser谩n recordados para siempre.